En la sociedad actual es posible que globalmente los docentes no cuenten con la reputación que merecen, pero lo cierto es que cada profesor, cada profesora puede ganarse, mediante su actuación, una reputación, un prestigio entre las familias del centro y en la sociedad. Este prestigio no es otra cosa que el fruto de la marca personal.

Una escuela que valora la marca personal de su profesorado se caracteriza porque éste, en el ejercicio de su tarea docente crece y se forma y también porque le ofrece la participación para que contribuya a investigar cómo mejorar la acción educativa que tiene encomendada.

En febrero, dos escuelas -El Carmen, de Lleida, y Gaztelueta, de Bilbao- solicitaron formación para su profesorado en la comprensión de su papel en el Branding de la escuela. Es una cuestión muy actual. No es sólo, como se suele decir, que los profesores son los embajadores principales de la marca de una escuela, sino que la marca de la escuela no es otra cosa que la suma de las marcas personales de su profesorado.