Pablo Gonzalo es una de las referencias en el progreso de la comunicación interna en España y es el socio que lidera el Área de servicios de Comunicación Interna en Estudio de Comunicación. Con treinta años de experiencia en este campo, lo que le convierte en uno de sus pioneros, comprendió que el objetivo de la comunicación interna no podía ser exclusivamente el de “informar a los empleados del punto de vista de la Dirección”. Tras trabajar en una multinacional del sector de la informática como responsable de Comunicación Interna y de Formación de Directivos, Pablo pasó a la consultoría para asesorar e intervenir en los procesos de transformación cultural (change management). También de mejora del engagement de los empleados de buena parte de las grandes empresas que operan en España.
Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, fue autor de la primera tesis doctoral leída en España sobre Comunicación Interna. Hoy comparte su experiencia como profesor colaborador en el Instituto de Empresa y en diversas escuelas de postgrado.
Es –como podéis ver en la entrevista– una persona de conversación cordial, que comparte con sencillez su basto conocimiento.

Empleados comprometidos, empresas eficaces” es una nueva obra escrita por el equipo de Estudio de Comunicación, editado por la colección AEDIPE de Recursos Humanos, y patrocinado por el Banco Santander, dirigido a gestores de empresa y responsables de Recursos Humanos y Comunicación. En el libro se encuentran las últimas tendencias en Comunicación Interna y sugerencias útiles para buscar soluciones a los principales retos que plantea esta disciplina en un nuevo mundo empresarial, cada día más internacional y más digitalizado.
He leído este libro dos veces. Se pueden extraer muchísimas ideas prácticas. Al fin y al cabo, no se trata de una obra teórica, sino del fruto del trabajo práctico con muchas empresas de sectores diferentes. Podéis solicitar un ejemplar gratuito en la webde Estudio de Comunicación.
Hola, Pablo. Buenos días.
Buenos días.
Muchas gracias por dedicarnos este rato al mundo escolar. Nos hace mucha falta hablar de comunicación interna.
Yo, encantado. Como comprenderás, el mundo escolar es un mundo que todos los que hemos tenido la suerte de poder estudiar hemos pasado. A parte, yo mantengo una cierta vocación docente porque participo en algunos programas, es verdad que de educación superior y sobre todo posgrados, pero para mí desde luego es un placer.
En la última entrevista que hice hablé con Xavier Marcet mucho rato sobre liderazgo. Entonces, en vuestro libro, que estoy recomendando bastante. Y, como además lo ofrecéis en vuestra web gratuitamente, hasta tengo remordimientos de conciencia de decir:”A ver si les provocaré aquí una…”
Mira. Para nosotros –y no querría que sonara ni pretencioso ni pedante– elaborar libros forma parte de lo que consideramos nuestra responsablidad social. Somos una consultora y las consultoras vivimos del conocimiento que somos capaces de generar a partir de lo que aprendemos de los retos que el mercado nos plantea, los problemas que los clientes ponen encima de la mesa. A veces realizamos algún tipo de acción social de una manera más o menos característica, pero creemos que lo único que tenemos que realmente puede ser diferencial o valioso es nuestro propio conocimiento. Intentamos cada año, luego lo logramos cada dos, publicar un libro y el último, este que tienes, es este dedicado a la comunicación con los empleados y su alineamiento para lograr un mejor aporte a los objetivos de la organización. Es un libro que como tú bien dices no lo vendemos, sino que lo ofrecemos a todas aquellas personas que puedan tener interés. Ahí se destila la ciencia de los más de cien que componemos la organización Estudio de Comunicación en los distintos países en los que estamos. Por tanto, no penséis que es un libro académico, lleno de citas de otros autores. No. No es que no leamos, lo que ocurre es que lo que leemos lo pasamos por nuestra práctica y esa es la práctica que hemos intentado destilar en el libro. Creo que es un libro práctico, directo. Seguro que hay algunos capítulos que encajan más con unos intereses de unos que de otros.
Pero en general, precisamente porque se nota que hay mucha experiencia acumulada en el libro, yo lo recomiendo vivamente a todos los directivos y responsables de comunicación del mundo escolar, sin duda.
Miquel, genial. [En tono de broma] Lo único es como lo regalamos, no te podemos dar comisión. Jajaja.
La comisión es que todos podamos hacer mejor el trabajo en los colegios.
Claro.
Justamente hay un capítulo dedicado al liderzgo. Es una obviedad quizá pero afirmáis claramente: sin comunicación, no hay liderazgo. Es decir, uno que quiera ser líder tiene que saber comunicar. Todos tenemos limitaciones. Pienso que cualquier directivo o responsable de comunicación que este viendo esta grabación pensará: “Bueno, es que yo… ¡En fin!” ¿Qué puede hacer un directivo para mejorar en la comunicación interna?
Voy a empezar por el principio, cuando decías que liderzgo y comunicación se necesitan. Para nosotros, el liderazgo es una de las funciones que de alguna manera enhebran la sociedad, tanto en términos generales como luego en términos específicos dentro de las empresas y por supuesto también dentro de los colegios. Para mi, un colegio, un centro educativo es un centro que tiene una determinada misión, extraordinariamente relevante, pero no quiero irme por allí. Desde esta perspectiva, eso lo logran por medio de la aportación de personas. Y esas personas se alinean con ese compromiso no solo por el compromiso individual de cada uno de ellos, sino también por el compromiso colectivo que se enhebra a partir de la observación de unas personas que generan una mayor relevancia social en relación con las otras. Eso es para mí el liderazgo. Luego, además, si el liderazgo coincide con las estructuras formales del colegio, el director, el jefe de estudios, etc. magnífico o muy deseable.
Si digo que el liderazgo precisa de comunicación es porque, para que los demás te reconozcan como líder, han tenido que observar en ti cosas interesantes, cosas que de alguna manera les causan impacto y desean profundizar en ellas y aplicarlas. Cuando uno es líder no decide serlo; son los demás los que te dan ese otorgamiento, por decirlo así. Para que esa observación ocurra el que será considerado líder necesita haberlas trasladado al equipo. Ahora bien, sobre todo en lugares pequeños, la comunicación no son solo palabras, es sobre todo ejemplo, son sobre todo actos. Con lo cual, cuando hablamos de si tenemos mas o menos habilidades de comunicación que nos van a permitir ser más o menos líderes es cierto que unas habilidades de comunicación personal nos ayudarán, en la sociedad en su conjunto, por ejemplo si hablamos de grandes líderes políticos o empresariales, porque vamos a tener que impactar mucho a través de palabras, a través de vídeos, a través de intervenciones de gran grupo. Pero si estamos hablando de un lugar pequeño –y un colegio es un lugar pequeño– en el que muchas personas comparten muchas horas alrededor de unos mismos objetivos, creo que ahí el reto no es tanto cómo me comunico yo, sino también qué ejemplo estoy dando. Ejemplo damos todos. Y aquí no vale si tengo más o menos habilidades para comunicar. Para dar ejemplo todos tenemos habilidad. Por tanto, las habilidades de comunicación se pueden aprender, hay que reflexionar, madurar sobre ellas para poder llevarlas adelante. Pero no me gustaría que consideráramos que la aportación de la comunicación al liderazgo es simplemente como un envoltorio bello. Estoy un poco cansado de asesores, pese a ser yo un consultor. Creo que la política española está tremendamente condicionada con asesores. Hemos olvidado los compromisos de para qué y simplemente lo que estamos buscando los cómos más atractivos.
Desde este análisis, un líder lo que necesita sobre todo es un proyecto, tener claro que aportación quiere hacer el grupo humano al cual sirve. Al grupo humano al cual sirve. Permitidme que lo desarrolle. Aunque sea un líder empresarial, porque esta servidumbre es lo que después va a obtener el beneficio o el resultado que busca. Y a partir de ahí, ver cómo logro que las personas me perciban alineado con eso y perciban las ventajas que eso tiene para ellos. La comunicación son habilidades que se pueden aprender, pero creo que también es un sentido profundo de querer estar vinculado al otro y en esto, las palabras cuentan, por supuesto, pero la proximidad, la cercanía, la empatía y el ejemplo en los hechos son determinantes.
Los colegios, sobre todo evidentemente los concertados y privados, ahora mismo necesitan captar alumnos, porque faltan niños. Todos tienen que hacer marketing. Por los que tienen CRM y por bastantes a los que he preguntado, sé que de cada cinco niños que se incorporan grosso modo podríamos decir una viene porque tiene ya algunos motivos de vinculación con el colegio. Hay tres que vienen por el boca a oreja, por la reputación entre amistades de los que ya están en el colegio y uno viene a través de otros medios, que son básicamente internet. El marketing se está centrando mucho en captar a través del marketing digital. Sin embargo, defiendo mucho que hay que potenciar este otro marketing de la satisfacción de las familias que tienes. Y eso pasa necesariamente por el profesorado. Por eso yo afirmo que la comunicación más importante para el marketing es la comunicación interna. ¿Me he pasado de frenada?
No. Bueno, probablemente yo no soy muy objetivo, pero te digo claramente que no. Además tu has dado cifras: de cada cinco, tres vienen a partir de la recomendación de los padres o según la edad de los propios alumnos de los centros. Reflexionemos un momento: ¿Y cómo hemos logrado que esos padres o esos alumnos estén satisfechos? ¿Quién ha logrado esa satisfacción? Esa satisfación se logra de nueva a cinco, en virtud de primero el profesor A, después la profesora B, después el profesor C, la interacción que ocurre en los espacios libres, cuando no estamos en clase, sino haciendo otro tipo de actividades… Y eso lo hacen los profesores, lo hace el personal de servicios del propio colegio. Y no lo hace con declaraciones formales sobre «los valores de este colegio, bla, bla, bla…» No. Eso es un substrato que no tiene por qué salir de una manera evidente. Lo que tiene que trasladar son comportamientos concretos que hacen que, cuando un niño tiene un problema, los profesores se comportan de una determinada manera, coherente con los valores. Los valores, O se plasman en los comportamientos o no existen. El mandamiento de «No matarás» está muy bien, es absolutamente genial, pero de verdad tiene valor cuando yo no mato a nadie. Cuando la prestación de servicios es algo puntual e inmediato, por ejemplo, si cojo un coche y voy a Noruega, en Noruega voy a estar una vez en mi vida. Paro en una gasolinera, me tratan muy bien o me tratan muy mal. Esta claro que ese trato a mi tiene un impacto muy limitado en el negocio de esa gasolinera porque nunca más voy a volver y probablemente nunca voy a encontrar a nadie a quien yo le hable de lo bien o mal que tratan las gasolineras de Noruega. Mi hija entró con tres años en un colegio y salió con 18. A lo largo de 15 años, con sus 175 días lectivos multiplicados por ocho horas, ¿cuántas vivencias tuvo mi hija?, ¿cuántas de esas vivencias llegaron a mi como padres?, ¿cuántas tuve yo como padre en relación con ese colegio? Así es como se construyeron las ganas de responder a alguien que en un determinado momento me pregunte: «No sé qué hacer con mi hijo… ¿Tú qué harías?». Creo que es de puro y absoluto sentido común. Es más fácil invertir en una campaña de marketing externo: «Vamos comprar unos espacios, vamos a lograr un posicionamiento en buscadores… Esto nos cuesta equis mil. Si tenemos los equis mil los invertimos y lo hacemos». Y no tiene mayor impacto en nuestra realización. Hemos gastado un dinero y ojalá nos de un beneficio. Sin embargo, lograr el ejemplo que los profesores y el resto del persona del colegio trasladan día a día a los alumnos es mucho más difícil de conseguir porque nos obliga a una actuación mucho más perseverante, mucho más consistente. No se trata tanto de invertir en dinero, que al final es lo más fácil, sino de invertir en ejemplo y en perseverancia, en continuidad de los valores. Esto es fácil de decir, incluso nosotros en el libro lo tenemos fácil a la hora de escribirlo, pero luego lograrlo en las organizaciones exige una gran perseverancia. Y también ser conscientes de que a veces nos equivocamos. Seguro que en un determinado momento hemos reaccionado mal ante una situación. En fin, hemos generado un mal ejemplo. La consciencia del mal ejemplo puede resolverse con facilidad. Simplemente de lo que se trata es de intentar aclarar la situación o demostrar después perseverantemente con otros ejemplos que aquello fuen un mal día. Para mi es evidente la trascendencia. Creo que es de sentido común y fácil que todo el mundo lo entienda. Nuestra gran dificultad –y de ahí nace también el libro– es intentar desarrollar estrategias que lo hagan posible, porque la sensación muchas veces, cuando hablas con los directivos, es que te reconocen esto, pero una vez reconocido sienten como una cierta impotencia para desarrollar actuaciones concretas. Porque, si tengo a gente contratada quisieran ganar más dinero pero yo no puedo daralo. Entonces intervienen un montón de factores de tipo higiénico, fundamentales por supuesto, pero en los que también el colegio siente unas limitadas capacidades de actuación.
Nos has convencido. Entonces un director de un colegio dirá: «¿Ahora qué medios tengo que poner? ¿Tengo que poner unos canales? ¿Pongo un tablón de anuncios? La pregunta es: ¿Que canales hay que poner o quizá los canales no son tan importantes?
Pues quizá los canales no son tan importantes. Me explico. Depende del tamaño de la organización…
Vamos a poner un colegio pequeño. Cuarenta, cincuenta personas.
Perdona que vuelva a mis palabras anteriores. Ese director, lo primero que tiene que entender cuando dice «¿Y qué canales pongo?», «No, perdona. El canal eres tú». El canal fundamental, más valioso y más importante eres tú. Porque tú eres el colegio andando. Tú no eres un señor que pasa por ahí. Los valores del colegio están representados en ti. Hay un dicho –no sé quién es el autor, disculpadme– que dice: tus hechos hablan tan alto que me impiden escuchar tus palabras. Cuando estamos hablando de cuarenta personas, entiendo que es la comunidad de profesores y de las personas de auxilio. Luego están los ochocientos chicos y chicas a los que no podemos olvidar porque tienen un impacto en nuestra marca muy importante. Con lo cual somos los cuarenta motores, que trabajamos sobre los ochocientos para llegar a todos los que estén implicados. Claro que vamos a necesitar canales, pero esos canales tienen que estar alineados con nuestra propia situación. Si nos vamos a una estructura docente amplia, una cadena de 15 o 20 colegios, que comparten un mismo ideario, etc., tendremos unas necesidades de usar canales porque tenemos 400 o 800 profesores, más otros tantos de personal no docente…
Y en centros distintos, que también cuenta mucho.
Que no los tenemos todos físicamente, con lo cual esto del ejemplo que yo digo no sirve. Soy un enamorado del liderazgo caminando. Prefiero que me vean haciendo, porque ellos ya sacarán sus propias conclusiones. No que me vean diciendo y luego haciendo otras cosas. En ese caso, no me ven. No estoy en todos los colegios, con lo cual necesito canales para amplificar el mensaje. Pero volviendo a lo que me planteas, la reflexión de este director tiene que partir en primer lugar de esta pregunta: ¿Tengo claramente construido mi discurso diferencial sobre en qué este colegio es distinto y mejor que los demás? Esta es para mi la primera idea. En el mundo docente, como bien sabes Miquel, no trabajamos, pero seguro que te llevarías grandes sorpresas. Trabajamos en otros sectores. Te vas a un banco y le preguntas a un empleado: «No me hables del tipo de interés. ¿En qué este banco es distinto y mejor del banco de enfrente?». A ver qué escuchas. «No sé de qué me está usted hablando…». En una actividad de valores, como es claramente la docencia, mi primera pregunta sería: «Querido director, querida directora. No me hables de los valores éticos del colegio. ¿Tienes claramente construido en qué sois distintos y en qué sois mejores? O en qué aspiráis a ser distintos y en qué aspiráis a ser mejores. No van a diferenciar, si tú no tienes claras las diferencias. Segundo punto: «¿Conoce mi comunidad de profesores y también mi personal de apoyo claramente estos valores diferenciales, además los comprenden y ven que la realidad de lo que damos está alineada con ello? Sería mi segundo reto. Un reto en el que escuchar es fundamental. Hasta ahora estava en un planteamiento muy unidireccional, porque yo me siento en la responsabilidad de dirigir esta obra llamada colegio y por tanto en la necesidad de liderarla y empujarla. Pero el liderazgo es escucha, porque sin escuchar somos ineficaces. Bueno espero que de eso me preguntes, porque sino me cuelo en cualquier pregunta para destacarlo. En todo caso, si no tengo claros cuáles son mis mensajes, cuál es mi agenda, cuáles son mis rasgos diferenciales muy dificilmente va a ser esto un problema de canales. Yo les llamo pura fontanería. Evidentemente, sin tubos no llega el agua, pero los tubos sin agua no me sirven de nada. Lo que necesito es tener claro cuál es mi líquido ideológico, en el más puro de los sentidos, las ideas que nos hacen distintos.
En el propósito.
Exacto. Y a partir de ahí ver cómo logro que ese propósito contamine a mis colaboradores imprescindibles, profesores y personal de apoyo. A partir de ahí viene el círculo siguiente. ¿Esto cómo contamina a los alumnos? ¿Están percibiendo los valores? Si preguntaran a alguien: «¿Este colegio, por qué mola, por qué es distinto, por qué es mejor?». Lo que ese padre, ese alumno o ese profesor dirían se parecería a lo que el director quiere escuchar? Ese es tu reto. ¿Para ello necesitas un tablón de anuncios? A lo mejor. Ahora, con un tablón de anuncios solo no vas a lograr nada. Al final un colegio es una unidad de producción pequeña, donde hay una estructura directiva y un grupo de operaciones relativamente pequeño y que conviven. ¡La sala de profesores! Es un lugar vital en términos de comunicación. ¿El canal? El canal ya está, es esa mesa. Ahí es donde tiene que estar buyendo esto de lo que estamos hablando. Si somos un grupo muy grande, igual tenemos que tener una intranet, para entrar en contacto entre todos los profesores y puedan intercambiar actividades y ejercicios. Y crear canales transversales. Un intranet social, en que por ejemplo todos los profesores de sociales de nuestros diez colegios puedan intercambiar actividades o ejercicios, puedan enviarse sugerencias. Canales transversales en los que, hablando de la operación (para mi la operación en el colegio son las materias, igual que si fuera en una fábrica sería los tornillos que hacen) creamos lazos en los que nos estamos demostrando que nuestra preocupación por la calidad de la formación es alta, que como colegio montamos estas plataformas para que trabajemos juntos en dar esa calidad diferencial que decimos en los valores. Entonces todo eso es a lo que hay que llamar ejemplo. Hay que hablar de los valores, hay que utilizar los canales para ello, pero sobre todo lo que hay que tener es una conversación interna en la que los valores se estén practicando de manera natural. A mi no me hables de la calidad. A mi demúestrame que cuando tenemos una familia enfadada porque ha habido un problema con un hijo y además lo hemo hecho mal, entonces allí se vuelven todos absolutamente locos para resolver ese problema. Entonces ya no tendremos necesidad de calidad porque toda la estructura habrá entendido que la calidad es fundamental. Si tenemos unos padres enfadados porque resulta que hay unos profesores que lo han hecho mal y no intervenimos como dirección, ¿después vamos a hablar nosotros de calidad?
Un colegio ha preparado un plan estratégico de comunicación. Ha definido cinco objetivos. No hace falta decir que, como no lo conocemos, no sabemos si los cinco objetivos son los que les toca o no. Pero a ver cómo les ves y me dices: este me sobra o este es el más importante de todos:
1º Mejorar el clima interno y la comunicación informal.
2º Aumentar la transparencia.
3º Mejorar la participación de la gente en las decisiones.
4º Facilitar la identificación con la misión de la escuela.
y 5º Convertir a los influencers internos en embajadores del colegio.
Esto se parece a un examen oral, ¡eh! Me chirría un poc el orden, sinceramente. Cinco objetivos ya me parecen muchos. Vivimos en un mundo tan complejo en el que para lograr esos gramos de atención que necesitamos para impactar en la gente, que tener una lista de cinco cosas acaba siendo demasiado larga. Yo podría primero el que has dicho el cuarto. A mi me gusta siempre empezar por el negocio. Para nosotros negocio significa misión o propósito. Para un banco el negocio será lograr sus cuentas de mercado, ganar su dinero. Para una ONG que vacuna niños en África negocio significa vacunar el mayor número de niños de acuerdo a los estándares de calidad adecuados. Para eso existe. Eso es lo que le da sentido. Si no vacuna niños o no gana dinero, no merece la pena. En esto soy muy drástico porque muchas veces observo discursos que me sorprenden. Las empresas existen para aquello para lo que se fundaron y luego tienen que hacerlo colaborando con la sociedad y a favor de todos los stakeholders que te rodean, pero sin prentender desviarse. Porque llega un momento en el que ya no se sabe muy bien cómo hay que juzgar la aportación de valor de la organización. La aportación de valor de un colegio está en la formación de sus alumnos. ¿Que eso además lo hace abierta a su comunidad social? Extraordinario. O, más bien, necesario; criterio valioso de selección para mi. Pero sin descuidar la misión fundamental. Por eso para mi ese sería el primer objetivo. A lo mejor lo han puesto el cuarto porque consideran que están bastante bien y en los otros más regular. Pero por no perder el foco, yo empezaría por ahí. El último que has dicho me parece muy interesante, vinculado a este primero. Para mi, los otros son instrumentales, porque este colegio existe para desarrollar aquellos valores que le motivan y le fundamentan, en los alumnos y en las familias que los confían. Esto es su misión y por tanto tiene que estar cien por cien claro. Otra cosa –insisto– es que en el plan del año 20-21, como ya es muy sólido, no se tenga que poner muy alto. En segundo lugar yo pondría el quinto: para conseguir el primero hace falta una comunidad altamente comprometida que sea consciente de que necesita atraer alumnos. Hemos hablado antes de los tres de cada cinco alumnos que vienen del boca a oreja. Yo no puedo hablar de la comunidad educativa, pero sí en otros sectores. Desgraciadamente no hemos desarrollado en nuestros profesionales la idea de que «Tú eres un constructor de negocio para esta compañía y te necesitamos»(perdona de nuevo la palabra negocio). No necesitamos solo que des bien tu clase de matemáticas, que por supuesto. Lo que necesitamos además es que esa clase de matemáticas sea lo suficientemente atractiva para que cada chaval diga «¡Wow! Voy a la clase de matemáticas». Además, que eso genere un impacto en los padres para que colaboren a traer nuevos alumnos. Quizá por pudor hemos hablado con poca claridad de que la natalidad baja, las cifras de los niños son estos, los posicionamientos de la escuela pública son estos, etc. Por tanto, el entorno competitivo en que se desarrolla nuestra actividad impacta en que –como decimos en el ámbito empresarial– o quitamos cuota a los demás o nosotros no crecemos. Yo me pregunto hasta qué punto los profesores son conscientes de esta situación de verdad. Todo esto es un problema para ellos mismos, no solo para la institución. A lo mejor, el año que viene se necesitará solo cuatro profesores de matemáticas de los cinco. Esto es muy desagradable para todos, pero lo tienen que entender. Creo que necesitamos hablar claro y, por tanto, ese quinto objetivo lo pondría el segundo para dejar claro que, cuando hablamos de influencers, no es porque la propiedad del colegio quiera ganar más dinero, solo. Es porque necesitamos incrementar nuestra aportanción de valor social y nosotros queremos impactar más en la sociedad de acuerdo con nuestros valores, por lo que necesitamos llegar al mayor número de gente posible. Ser buenísimos impactando en cuatro no tiene nada que ver con ser buenísimos también, porque no hay que renunciar a ello, pero impactando en cuatro mil. Para eso necesitamos captar, hay que actuar con esos influencers. Luego, dentro de los otros tres, veo una cierta secuencia. Participar supone compartir poder. Cuando hablamos de participar tenemos que ser muy conscientes del impacto que eso tiene sobre nuestros propios estilos de dirección. Para mi es muy frecuente encontrarme con clientes que les enamora decir que necesitan que los empleados participen y que se impliquen… He aprendido a responderles, para provocar, una cosa de la que no estoy muy seguro de que sea cierta: «La cantidad de poder esta cerrada. Si quieres que los demás se empoderen, considera que eso va en contra de tru propio empoderamiento». Insisto que no tengo nada claro que eso sea cierto, porque creo que con el empoderamiento se crece». Pero ya me entendéis. Cuando hablamos de que queremos que los profesores participen de la construcción del programa de estudios, por ejemplo, es genial, pero ¿sabe el jefe de estudios que eso significa que va a dejar de ser él el que construya el programa? No vaya a ser que empecemos a decir cosas muy bonitas, que es lo que a veces nos ocurre a los de comunicación, y no nos demos cuenta de que –igual que antes hemos dicho que comunicación es liderazgo– también la comunicación impacta en el poder. El poder es una palabra muy desagradable, de la que se habla poco, pero que es tremendamente real. ¿Aquí quién decide las cosas y cómo? Con lo cual, el objetivo de participación me parece valiosísimo, interesantísimo, una palanca fundamental para poder desarrollar la del influencer, porque, si se siente más copartícipe de lo que está desarrollando, va a tener más ganas de defenderlo fuera. Pero atención, porque al final empoderar significa que el reparto actual de poder pasa a ser cuestionado. Es magnífico porque colabora a la responsabilización, ahora bien, atención al impacto que tiene. Si está pensado, genial, adelante. Eso colaborará a mejorar el clima. Y luego, en los temas de clima, tendremos que ver que es realmente lo que está pasando ahí. Porque muchas veces analizándolo a fondo lo que nos podemos encontrar es que, en grupos pequeños, los problemas interpersonales generan situaciones complejas. A veces hay que intentar separar, alejar, incorporar sangre nueva… Para terminar, y también para delimitar un poco, porque a veces creemos que todos los problemas del mundo se arreglan con comunicación. A lo mejor nuestro problema de clima viene derivado de que tenemos una políca de contrataciones que francamente impiden a las personas desarrollar su vida personal generándoles unos ingresos razonables. Este tipo de cuestiones claro que impactan en el clima interno de las organizaciones y eso no se arregla con comunicación. Se puede hacerles partícipes , pero sus ganas de implicarse dependen de como se sientan lealmente tratados por la organización. Si la organización no se preocupa por sus problemas, si los ve simplemente como un coste que hay que minimizar al máximo, deteriora la comunicación interna de una manera extraordinaria. Los cinco objetivos te los compro todos, pero en una situación estándar los ordenaría de otra manera.
Para terminar te leeré diez frases. Se trata de hacer un comentario muy breve.
¿Muy breve? Tú ya me has visto. Yo no se hacer nada breve.
Nos enriquecerá mucho lo que digas. Vamos a intentarlo.
CONTINÚA EN EL PODCAST O EL CANAL DE YOUTUBE A PARTIR DEL MINUTO 35
Leave A Comment